INGLATERRA.- Muchas veces estar bien cerca de la cancha y detrás del arco para ver los partidos, tiene sus consecuencias. Si no, pregúntenle a la niña que sufrió por la mala puntería del jugador del Manchester City, Yayá Touré.
El africano recibió el balón fuera del área, buscó su perfil izquierdo e intentó con un remate de larga distancia hacer daño frente al arco del Queens Park Rangers, aunque la pelota se abrió demasiado y una pequeña que estaba atentamente mirando el partido recibió el pelotazo que lo dejó nocaut.
La pelota lo tomó por sorpresa y el golpe, directo en la cara, fue demasiado fuerte. Por suerte sin graves consecuencias. Afortunadamente quedará apenas como una anécdota para las partes.